La Hora de Bill Cosby siempre ha defendido la libertad en la música.
El Tribunal Supremo ya dejó claro en 2007 que Soziedad Alkohólika no cometía ningún delito con sus letras.
Los conciertos no se prohiben por las ideas.
Si el peligro de este sábado en Madrid es que se produzcan altercados provocados por grupos de ultraderecha, la obligación de un gobierno democrático es la de garantizar que los fascistas violentos no puedan acercarse a la sala, exactamente igual que blindan cualquier acto político o empresarial aunque las convocatorias de concentraciones sean pacíficas. Al prohibirlo nos demuestran, una vez más, que no todos los españoles somos iguales ante la ley y que sólo se acuerdan de la Constitución cuando les conviene.
Esta noche tendremos especial S.A. en el programa.
Larga vida a S.A.